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En la pulpa de tu forma,
Encontré el sabor de las lágrimas
¿Qué sabían ellos de Amor?
Recorrí la espesura de tu belleza
Hasta descubrir el eclipse de la Rosa
En la comisura de tus pétalos...
Tu cuerpo desgajado del Edén
Es la superficie interminable de mis besos
Racimo de uvas, tierra fértil, borrasca de verano
Gusté la textura de tu carne templada
Cada estría, todo pliegue, es oleaje y marea,
Playa, pudor olvidado, sol y noche estrellada
Quiérete hermosa, porque eres amada
Los otoños se tornarán verano
y aquellos sueños, otra vez florecerán.
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CICLOS
Alguien dijo que la vida es como un laberinto cuya salida es la entrada a otro laberinto.
Un laberinto de ruedas dentro de ruedas, ciclos mayores de experiencia que contienen ciclos más pequeños, donde mueren determinadas situaciones para dar nacimiento a otras. Cada ser humano se desarrolla dentro de sus propios ciclos, pero cuando unimos nuestros sueños, los ciclos de uno y otro se unen para generar Laberintos de Belleza, si así lo permitimos, plenos de Vida y Tiempo.
¿Sabes en qué punto del gran Laberinto se encuentra la realización de tus sueños?
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NOVIEMBRE
Conjeturada entre un latido y el próximo
Alzo el velo en medio de tu visión radiante
Un susurro más tarde
Después del ocaso
Donde todas las formas llevan tu nombre
La luna desecha en astillas de plata por las ondas del océano
El rojo ardor que inflama las horas
El peso del anhelo y de los otoños
La lágrima sorpresiva que suaviza las palabras enfermas
El frío venerable de los días pasados
El descaro de una caricia olvidada
Todo muere, todo renace
La tierra obscurecida por muchas madrugadas
revela el sueño que amanece al final del rio
Junto a un lodo fértil de vestigios fragantes
Lejos de los pasos perdidos
La rosa blanca siempre florece entre las acacias
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LOS OJOS DE MARION COTILLARD
Intento adivinar la belleza que habitas
entre esas paredes de pétalo.
Acaso temas la muerte del sendero,
donde los árboles están dormidos
pero la tibia sonrisa se revela.
Desnuda tus sueños pendientes,
porque alguien cumplirá ese misterio.
Tu mirada con matices de musgo
es un bosque en penumbras,
recuerdo de silencios interminables
y de idilios que perduran en primavera
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AGLAIA
Nosotros, que desconocemos el misterio del amor...
Los días llenaron de distancia nuestras pequeñas posibilidades. Deseo pronunciar tu nombre, mujer extraña, porque eres desconocida. Tesoro guardado en pliegues de miel, intuyo tu tez solitaria, el hielo escondido que se deshace en tus ojos y ese secreto... ¿Por qué lloras?
Respiro el frío de tus alas cuando vuelas a medianoche, entre abrazos fugaces y sábanas blancas.
La más joven, la más hermosa, sea quien seas, eres aquella que brilla en la oscuridad.
Ayer estuviste aquí, para dejar una pequeña huella en mi historia.
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VIENEN COSAS BUENAS
¿Puedes notarlo?
Todavía es oscuro,
pero la luz de las farolas
Atraviesa la lluvia.
Llegan experiencias buenas
¿Sabes ver con claridad?
Atrás quedaron las flores secas
Las piedras rotas fueron el camino
Y la noche tuvo estrellas una vez
¿Puedes ver la luz
que atraviesa la lluvia?
Observa a tu alrededor
¿Intuyes los espacios azules?
Nada puede detener la espera que llega a su fin
Ni la ternura de una mirada que te anhela
Vienen Cosas buenas
Créeme...
Todavía es oscuro
Pero la luz de tu ventana
Atraviesa la lluvia.
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VELOS DE AGUA
Sentí la boca quemada por la amargura de la sal
Cerré mis ojos, continué viéndola
Su lengua refrescando los labios
El viento cubriendo su cara
Impidiendo que la ame de lejos
Con un velo color de oro
Inalcanzable
Sin saber nada de mí
Me sabe a tristeza su cuerpo lejano.
En la Hora Sin Nombre
Derramada la tarde de verano sobre nuestros cuerpos
Suspirada por la arena
Muy cerca de mí
Única
Sin matices
Sintiendo como rasguña mi pasado.
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LUGARES EQUIVOCADOS
Nuestro credo de aspiraciones amorosas
Habla de superficies relucientes
Cuerpos de moda, caricias vulgares
Y recuerdos de amores desamparados.
Las voces del agotamiento tóxico:
Más tarde, algún día, tal vez...
Nos hacen saber que la ausencia de palabras
Y una respuesta pendiente
Son el indicio brusco de la distancia.
Hemos buscando en los lugares equivocados.
Preguntando en todas partes
Pero no podemos encontrar el amor.
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AL HOMBRE QUE PIENSA DE LADO.
(Inspirado en un transeúnte)
Sentado en aquel banco, como un reloj detenido, su corazón espera el próximo latido.
Como una semilla que aguarda el momento para despertar. Como el susurro entre las hojas que anticipa la llegada de la brisa.
Todo en él es ausencia. Un atardecer que se desvanece. Una sombra en medio de calles ignoradas.
El torso recto. La cara de lado, para descifrar la lejanía que se abre a su izquierda.
Observa unos pasos lejanos en el bulevard. Quizá anuncien una llegada, tal vez otra despedida. Caminos separados por destinos inciertos.
¿A dónde van? ¿Quiénes serán? ¿Por qué sigo aquí?
Parpadea en la penumbra, como una vela solitaria que se apaga.
Distante. Con el rostro ladeado, se demora en sus pensamientos.
Y así, permanece.
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©2023 Leonardo Golia Vincent